lunes, 13 de septiembre de 2010

"Todo pasa y todo queda..."

Enrejado de la Basílica
Se está procediendo a la colocación de rejas de seguridad en la parte posterior de la Basílica (sobre Juan E. O’Leary) para evitar, según dijeron los responsables, que las personas, amparadas en la oscuridad de la noche, realicen ahí actividades no precisamente de devoción mariana. Ya tenemos que ir acostumbrándonos a la idea de ir enrejando todo, pues parece ser que es la única manera de parar a los inconscientes que casi no respetan nada. Las verjas metálicas no son precisamente una imagen estética para la vista, pero es lo que se tiene que hacer para preservar la seguridad y las buenas costumbres.

Educar con el ejemplo
La candidata a concejal de la ANR, Graciela Agüero, que se desempeñaba como Secretaria de Educación, Cultura y Recreación en la Municipalidad de Caacupé presentó renuncia al cargo para asumir otro en el Colegio “Multi”. Es de recordar que la mencionada funcionaria fue ubicada en la administración de Alum, tras haber sido apartada por Milciades Duré de un cargo similar en la Gobernación. Ahora, aparentemente se juega por un cargo más seguro, en la institución educativa, aunque también hay que mencionar que en la función docente es más “viable” hacer campaña política, sobre todo si se tiene la complacencia de la alta dirección. La educación siempre puede esperar, la campaña política no.

No hay Plan Regulador
En estos días, un grupo de vecinos del barrio Loma ha solicitado a la Municipalidad la supresión de las obras para un futuro salón velatorio. Es comprensible la inquietud de estos pobladores que ven peligrar la tranquilidad del vecindario por las singulares características del negocio que quiere instalarse. Pero de la misma manera, el empresario que lleva adelante el proyecto está en su derecho de encarar una actividad comercial lícita y cuya ubicación no tiene restricciones en este municipio. El problema planteado se origina en la ausencia de un “Plan Regulador” para Caacupé, que establezca las áreas o sectores de la ciudad para cada actividad. Este no será el último caso mientras las autoridades no justifiquen sus puestos y se dediquen a ordenar y regular la ciudad.

Un patético cartel
El Centro de Expresión Artística de Caacupé (Ceac), última obra arquitectónica de la administración municipal y cuya construcción demandó una fuerte suma de dinero proveniente de los royalties de Itaipú, no cuenta con una cartelería acorde a semejante inversión, incluso se ha colocado, hacia la intersección de las calles Alberdi y O’Leary un cartel de un gusto patético. Estéticamente no pasaría un examen de artística y mucho menos de señalización urbana. La leyenda es simplemente imperceptible al no haber contraste entre el texto (rojo por supuesto) y el fondo (en acrílico transparente). Las señalizaciones y la cartelería urbana deben seguir una regla única: visibles, legibles y atractivas. Ya es tiempo de que las cosas se hagan por y para los ciudadanos y no para dar gusto a las autoridades

Capacitar a los electores
Se viene organizando una serie de capacitaciones a los futuros intendentes y concejales en el marco de un proyecto denominado “Para que lleguen los Mejores”. La idea de que la gente elija a los mejores (más capacitados) es excelente, aunque la pretendida capacitación ya viene tarde, a juzgar por el poco interés que han demostrado los candidatos en el primer encuentro realizado el sábado pasado. Se notaba un auditorio aburrido donde permanentemente sonaban los celulares y la distracción era la constante, evidenciándose que los asistentes más bien estaban por cumplir nomás, para que no digan que no les interesa. La verdad es que los electores (los que eligen entre cuatro paredes y los que van a las urnas) son los que deberían estar mejor capacitados para que su elección sea más apropiada a las expectativas de la gente, ya que muchas veces los elegidos ni siquiera saben cuáles van a ser sus funciones.

Es hora de ocuparse
Según vecinos y padres de familia de la escuela Herminia Machado de Isnardi, el local escolar parece un campo arrasado por un huracán. Las instalaciones no son las adecuadas para el normal desenvolvimiento de las actividades educativas con los niños y adolescentes. Se puede observar la escasa “ocupación” de los directivos y docentes de la antigua institución serrana, aunque manifiestan “preocupación”. Este es un drama muy nuestro, hasta se diría, folclórico. Siempre se expresa preocupación pero casi nadie pasa a ocuparse de los problemas. Ocuparse significa trabajar y preocuparse es solo excusa para justificar la inoperancia.

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