lunes, 13 de septiembre de 2010

EDITORIAL: Es urgente un replanteo del fútbol local

Culminó el XXXI campeonato de fútbol de Caacupé con la consagración de club “Costa Alegre” como campeón, un club de humilde extracción y con limitados recursos económicos para enfrentar un torneo. Este hecho merece ser analizado, ya que no es casual, el año anterior también se consagró campeón otro club humilde, el “6 de Enero” y en el 2008, el “Primero de Enero”, igualmente pequeño al momento de enfrentar grandes gastos. Los clubes más acaudalados como el “Teniente Fariña” y el “8 de Diciembre”, por el nivel económico de sus simpatizantes, han quedado relegados, hace más de una década, en las conquistas coperas. Sus actuaciones han sido decepcionantes para sus seguidores aún habiéndose invertido sumas millonarias en contrataciones de jugadores, logística y dirección técnica, que los equipos pequeños ni pensaron tener. Los dirigentes de estos grandes clubes son potencialmente más capaces de resistir los embates de las necesidades económicas que siempre sacuden a los clubes de fútbol, mientras que los directivos de los pequeños tienen que “hacer de tripas corazón” para sobrevivir a las ingentes carencias que los oprimen.
Aún así, ¿por qué los grandes no llegan y los pequeños alcanzan la gloria? Es evidente la diferencia, mientras unos apuestan a las millonarias contrataciones de foráneos, los otros confían en los de la casa, de bajo presupuesto, pero con un contraste fundamental: los de afuera están motivados por el oro, a los propios los mueve la mística, el deseo de alcanzar la gloria más que nada. En cuanto a la dirigencia, los clubes grandes hace rato tienen el mismo problema, sus mezquindades los convierten en un ejército sin cabeza, sin disciplina, propensos a la derrota.
El lado oscuro de que los clubes pequeños vienen consiguiendo el título con bajo presupuesto es que no se pueden sostener en el tiempo y, de ser campeones, en poco tiempo, se desplazan hacia la cola de las posiciones, produciendo un desgaste terrible a los mismos, complicando aún más la situación del fútbol profesional local.
En el fútbol se mueve mucha plata y para el fútbol siempre hay recursos, solo que no se canaliza adecuadamente y cada año todo se empieza de nuevo, de cero, no se crece. La dirigencia futbolera de Caacupé debería tomar más en serio este deporte, que no solo es “pasión de multitudes” sino que es un importante factor que puede fortalecer la economía local, atendiendo su gran incidencia en la sociedad. Es imperativo que la organización de este deporte pase por una transición hacia la productividad y el éxito sustentable.

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